Del Toro, Cazals, Gael y Diego repudian asesinato de jóvenes en Jalisco

Señalando que “las palabras no alcanzan para entender la dimensión de esta locura”, el director Guillermo del Toro, condenó el asesinato de los tres estudiantes de cinematografía de Jalisco a manos de una organización criminal que opera en la localidad.

“El “por qué es impensable, el cómo es aterrador” refirió el cineasta que durante su carrera ha creado a memorables monstruos que, de acuerdo a su percepción, no llegan a superar la realidad en la que a tres jóvenes los torturan, asesinan y disuelven en tambos de ácido sulfúrico por haber realizado una grabación escolar en una casa de seguridad, sin saberlo.

El mensaje fue difundido a través de su cuenta de Twitter en la que, desde hace semanas, Del Toro se ha unido en la exigencia de que se esclareciera el caso de Javier Salomón Aceves, Marco Francisco Ávalos y Jesús Daniel Díaz, alumnos de la Universidad de Medios Audiovisuales CAAV que fueron privados de su libertad el 19 de marzo en Tonalá, Jalisco.

Por la misma red social, el también director Felipe Cazals, se sumó a la indignación y expresó que “no son 3 estudiantes sacrificados por la delincuencia organizada de Jalisco. Ellos tenían nombre, familia y amigos. Vivían en un país que agoniza a la deriva: México”.

Diego Luna escribió : “En México vivimos el horror. Aquí tres jóvenes pueden ser asesinados de forma atroz, por que se puede, por que no pasa nada. Que rabia. #NoSonTresSomosTodxs”.

Mientras que Gael García hizo referencia a la escena III del acto IV, de Macbeth para decir que “ ¡Ay, pobre país! Se diría que teme conocerse. #NoSomosTresSomosTodxas #SalomónMarcoyDaniel, poniendo las palabras que Shakespeare escribiera hace casi 400 años para entender el México actual.

“Ya no puede llamarse madre nuestra, sino nuestro sepulcro; donde nada, sino el que nada sabe, se mira sonreír alguna vez, donde los suspiros, los lamentos y los gritos que desgarran el aire, pasan inadvertidos; donde el dolor violento se ve como emoción vulgar; donde la gente oye tocar a muerto sin preguntar por quién; y donde fenece la existencia de los buenos antes que las flores de sus gorras se marchiten, porque mueren antes de enfermar”.