Si no los protegemos ahorita ¿Cuánto vamos a sufrir por esta generación?: Carlos Peña

En un contexto en el que ver a niños armados es cada vez más común, trabajar por quienes han tenido una historia marcada por la acción criminal de su propia familia, se vuelve una forma de nadar contra corriente en la relación violencia-infancia que cada vez parece estrecharse más en México.

Cuando menos, bajo esta idea es que el programa “Apoyando tu futuro” se mantiene a más 3 años de su creación, mismos en los que ha logrado sumar a más de un millar de niños, niñas y adolescentes con padres o hermanos internos en el Centro de Ejecución de Sanciones (Cedes) en Reynosa según lo refiere su fundador y ahora presidente del Voluntariado juvenil, Carlos Peña Ortíz.

“Hay que reconocer que las personas que tienen parientes dentro del penal son muy vulnerables a caer en conductas antisociales porque tienen mucha escasez de recursos...Por eso es darles una oportunidad de vida diferente…Si no protegemos a la juventud de ahorita ¿Cuanto vamos a sufrir por esa generación que se puede perder?”, manifestó el ex presidente del DIF Reynosa. 

En numeralia, el programa que en su momento fue pionero a nivel nacional e internacional, atiende anualmente a un padrón de alrededor de 360 beneficiados a quienes se les proporciona un apoyo económico de 500 pesos mensuales, además de un acompañamiento social que les requiere participar en actividades académicas, deportivas, culturales y de apoyo a la comunidad.

Estas cifras, que han sido posibles gracias a la suma de apoyos económicos de la iniciativa privada (maquiladoras, constructores del municipio, la CMIC y particulares como Seven Eleven, Oxxo y algunas farmacias) han presentado un incremento en este periodo ya que, al inicio, las entregas incluían a 200 becarios.

Sin embargo, al ir hacia los resultados cualitativos se enfrenta un reto debido a que aproximadamente 30% de los becarios que han formado parte de Apoyando han tenido que abandonar el municipio por cuestiones familiares, limitando el seguimiento de sus casos, aunque los resultados positivos en las dinámicas personales se evidenciaron en el tiempo que pudieron pertenecer. 

“Alrededor de 100, vienen a la ciudad porque los familiares están internos aquí y se vienen temporalmente uno o dos años y regresan a su lugar de origen una vez que al interno lo mueven de CEDES o sale en libertad. Pero alrededor de 220 son constantes y en ellos se ha podido medir la evolución y el impacto”, señaló Peña Ortiz al respecto.

Pero eso no limita en ninguna medida el que se busque seguir con este programa que se volvió pilar desde 2016 para la dependencia social y acrecentar el padrón sumando a más integrantes de la sociedad civil, pues el tema resulta de atención prioritaria, sino es que urgente cuando la problemática ya no es exclusiva de la falta de oportunidades académicas y laborales para esta población vulnerables, sino de reclutamiento forzado a organizaciones criminales. 

“Yo creo que tenemos que ser intolerantes ante este tipo de grupos que últimamente han estado reclutando a menores de edad, es algo que no podemos permitir como país, que tengamos jóvenes armados. Es algo que veíamos en África cuando teníamos grupos guerrilleros en Nigeria, que veíamos en documentales pero ya lo estamos viendo aquí en México y no nomás aquí en lugares aislados, sino aquí en Reynosa lo estamos viendo, aquí en Tamaulipas lo estamos viviendo y es algo que no podemos tolerar y algo que debemos proteger porque es el futuro de todos nosotros”.