Si, el amor es ciego, y la ciencia así lo respalda

Muy seguramente habrás escuchado la frase de que “el amor es ciego” más de una vez en la vida, esto principalmente por el hecho de que cuando las personas nos enamoramos percibimos las cosas de forma distinta.

Lejos de lo que se pensaba, de que solo es un dicho popular o una leyenda en la que los sentimientos al reunirse en la tierra jugaron a las escondidas, estas palabras son más reales de lo que suponíamos.

La ciencia ha dado pruebas de que el amor sí es ciego, ya que la naturaleza y nuestro cerebro se encargan de que en un principio no veamos los defectos del otro.

De acuerdo a la doctora Frances Cohen, una especialista que se ha encargado de investigar el tema desde una perspectiva orgánica, explica que en el inicio de una relación amorosa el cerebro tiende a desactivar los mecanismos de alerta ante una serie de defectos que, comúnmente, consideraríamos en un individuo.

Los químicos que se liberan en el enamoramiento, activan la llamada sensación de euforia, que además de producir una sensación de bienestar, desactiva los instintos que nos ayudan a evaluar a las personas.

Para ser más exactos, ese bienestar se produce en el sistema límbico del cerebro, el lugar que se encarga de coordinar las emociones en el cerebro, y que regula la liberación de hormonas y neurotransmisores que son amplificados, disminuidos o bloqueados.